Comer por estrés: diferenciá el hambre real del emocional
Recurrir a la comida como vía de escape de los problemas sólo complica más las cosas. Identificar las causas que llevan al exceso es clave para lograr un cambio.
- Ver televisión por muchas horas;
- Comer en exceso;
- Dormir demasiado;
- Tomar mucho alcohol;
- Relacionarse con ira con los demás;
- Fumar más de lo habitual;
- Automedicarse con ansiolíticos, analgésicos y/o pastillas para dormir;
- Recurrir a drogas ilegales que ponen en riesgo nuestra vida.
Tomar conciencia de cómo estamos manejando nuestro estrés puede ayudarnos a considerarlo para empezar a tomar decisiones más convenientes y saludables.
El doctor Herbert Benson es director del Instituto para la Medicina de la Mente y el Cuerpo, perteneciente a la Escuela de Medicina de Harvard, quién sugiere utilizar una combinación de acciones tendientes al manejo de estrés:
- Aprender diferentes técnicas de relajación, como puede ser la práctica de yoga, tai chi o el mindfulness, entre otras prácticas;
- Mejorar la calidad de vida desde la psicología positiva y la reestructuración cognitiva para aprender a gobernar los propios pensamiento distorsionados;
- Hacer actividad física con regularidad, comer sano, buscar rodearse con personas que le hagan sentir bien, y dedicar tiempo a actividades que disfrute.
Los seres humanos no sólo comemos para nutrirnos. El acto de comer implica también una sucesión de hechos y pensamientos aprendidos a través del tiempo, los cuales se vinculan con experiencias pasadas. Es necesario concientizar las causas emocionales que los originan, ya que de lo contrario, no podremos cambiar.
FUENTE: www.clarin.com/comerporestres
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