No sólo se trata de aportar combustible a nuestro organismo para que funcione. No sólo se trata de disfrutar comiendo o de saciar nuestra hambre. También se debe combinar bien los alimentos para mejorar la digestión y para asimilar mejor los nutrientes. Si lo hacemos bien el sistema digestivo necesitará menos energía y el resultado es que el organismo puede centrarse en otras funciones como reparar células y depurar el cuerpo (como consecuencia perderemos peso). Este ahorro de energía también repercute en el estado de ánimo: nos sentimos menos pesados y cansados después de las comidas y tenemos más energía y vitalidad a lo largo del día. Además evitaremos el molesto “hinchazón” o sensación de hartazgo después de comer.
A la hora de alimentarnos es muy importante saber escoger los alimentos que vamos combinar, ya que no todos tienen la propiedad de poderse mezclar entre sí. Y es que no todos los alimentos se llevan bien juntos. Cuando la combinación no se hace de la manera adecuada se obtienen resultados perjudiciales ¡horror! Y dichas mezclas pueden provocar reacciones negativas en el organismo.
Te contamos qué parejas de alimentos son las “mal avenidas”, las de separación con divorcio millonario y de “diferencias irreconciliables”.
Espinacas con queso
Las espinacas contienen oxalatos, las cuales impiden que el organismo absorba de manera correcta el calcio, por esta razón no es conveniente mezclar las espinacas con el queso y con otros lácteos. Además el calcio del queso compite con el hierro de la espinaca para absorberse, limitando entonces con esta combinación la biodisponibilidad de los dos minerales.
Remolacha con soja
La remolacha es una verdura también muy rica en oxalatos, y la soja contiene calcio, así como hierro. Ambos minerales se ven afectados por la presencia de la primera sustancia en la remolacha.
Los líquidos en las comidas
Es importante saber que tomar demasiados líquidos con las comidas no es muy recomendable, ya que la digestión se hace mucho más lenta y perjudica la salud.
Los hidratos de carbono, féculas y alimentos ácidos
Tanto los hidratos de carbono como las féculas comienzan la digestión en la boca, para lo cual necesitan una correcta masticación y un medio alcalino; los alimentos ácidos hacen que el proceso de la digestión sea muy lento, por lo tanto no es recomendable añadir tomate a la pasta o al arroz. ¡Vaya! Seguro que esta combinación sí que costará evitarla.
Las frutas dulces no son compatibles con las frutas ácidas, cuando las combinamos se producen reacciones químicas que pueden perjudicar el normal comportamiento del organismo.
Por lo general todas las salsas son una gran fuente de grasas, las cuales hacen que la digestión se vuelva demasiado lenta, esto sucede porque neutralizan las enzimas de los jugos gástricos, lo cual impide que puedan realizar su función de la manera correcta.
La fruta se debe comer sola. La fruta es el alimento que se digiere más deprisa (esto sí es “fast food”). En veinte o treinta minutos ya está fuera del estómago. El único grupo de alimentos que combina bien con la fruta son los vegetales de hoja verde.
Los melones se deben comer solos, ya que, de todas las frutas, son las que requieren menos tiempo de digestión. Combinar melones con otras frutas podría frenar el proceso.
Según la teoría de la combinación de los alimentos, los diferentes grupos de alimentos requieren tiempos diferentes y diferentes tipos de enzimas en el estómago y en los intestinos para poder ser digeridos. Un medio alcalino o ácido activará unas enzimas u otras. Cuando comemos ciertos alimentos al mismo tiempo, liberamos ambos tipos de enzimas; así se crea un ambiente neutro que lo único que hace es inhibir y retrasar el proceso digestivo. Eso puede originar fermentación de azúcares y putrefacción de proteínas en el estómago, y provocar gases, inflamación y otros síntomas de indigestión. La putrefacción de las proteínas genera residuos tóxicos que a nuestro organismo le resultan difíciles de eliminar, y que pueden ser el origen de afecciones y enfermedades.
¡Vaya! ¡No todo vale en la cocina!
Pero para no dejarlo así, tan dramático, te hablaremos de un matrimonio muy bien avenido:
Huevos revueltos con melón
Se trata de una asociación muy saciante, porque los alimentos ricos en fibras, como el melón se digieren con lentitud. Y si le añadimos las proteínas del huevo la absorción de la glucosa es aún más lenta. Es decir, permanecemos llenos más tiempo.
fuente: http://www.alimentosautenticos.com/blog/las-amistades-peligrosas-combinaciones-de-alimentos-que-deberas-evitar/
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